Hola mundo!

Han pasado veinte años ya, desde que creé mi primer blog.

Lo recuerdo con cariño ya que lo hice al salir del ejército, antes de convertirme en programador, y me sentía con la libertad de escribir sobre lo que me apetecía, con la pequeña ilusión de que tal vez mis amigos o algún desconocido que se hubiese perdido, leyese mis tonterías.

Hoy nos encontramos con un Internet muy diferente al que había en 2005.

Desde que aparecieron las redes sociales, aquella magia que había en la red desapareció. La gente ahora solo busca contenido de consumo rápido y publican lo que les va a dar más interacciones, aunque sea publicaciones vacías la mayoría de ocasiones.

Yo también caí en esa espiral. De todas las webs que tuve después de aquel primer blog, lo que escribía era pensando siempre en aumentar mis lectores, sobre temas que muchas veces no me interesaban y llegué a vivir obsesionado por si un artículo no se había leído lo que yo esperaba cuando lo escribí.

Tal vez sea el Internet que tenemos ahora, pero yo llevo muchos años queriendo volver a tener un sitio personal, sin importar que nunca me llegue a leer nadie.

Además, lo hago en un momento de mi vida bastante duro, de lo que hablaré en otro momento y que seguramente estaré centrado durante los próximos meses, aunque espero poder compartir muchas otras cosas de mi estilo de vida como nómada digital: viajar, gastronomía, historia, tecnología…

Los comentarios están cerrados.